Efectos de la alimentación sobre el cerebro y el aprendizaje




Siempre se ha dicho, pero la nueva evidencia científica muestra más claramente cuánta incidencia tiene la alimentación sobre el aprendizaje.Un aspecto de gran valor que los educadores de América Latina y el Cariben deben tomar siempre en cuenta.

Les compartimos un resumen del documental de DW sobre este importante aspecto que todos los los educadores debemos tener siempre presentem al momento de idear y conducir procesos de enseñanza y aprendizaje.

Recientes descubrimientos científicos sobre los efectos de la comida sobre las funciones cerebrales adelantan varias conclusiones preliminares: (1) la comida chatarra engorda y también puede atrofiar el cerebro; (2) una alimentación alta en grasas y rica en azúcar produce cambios a largo plazo en ciertas zonas del cerebro y (3) con un aumento en la ingesta de grasas y azúcar el cerebro se reprograma, por lo tanto lo que pasa por nuestra cabeza también depende del contenido de nuestro plato.

¿Puede la alimentación también influir en las decisiones que creemos tomar libremente?

Quienes consumen más proteínas son más tolerantes a situaciones injustas, mientras quienes comen más calorías son más sensibles y menos tolerantes a estas situaciones. 

Lo que comemos provoca cambios en la química de nuestro cerebro a niveles suficientes para influir en las decisiones cotidianas, lo que tiene un gran impacto en la vida de una persona considerando que la rutina alimenticia es de, al menos, tres comidas al día.

A tomar en cuenta:

1. El buen funcionamiento cerebral comienza con las primeras comidas del feto, de lo que consume la madre durante el embarazo. Más comida chatarra y alimentos procesados industrialmente engendra hijos más propensos a la agresión y el miedo.

2. Una alimentación incompleta y deficiente en ácidos grasos y Omega 3 afecta las funciones cerebrales y altera el estado anímico y la conducta de las personas. Las neuronas funcionan con lentitud y el cerebro es poco eficiente.

3. Una alimentación pobre en nutrientes y que sea siempre la misma, es probable que engendre individuos altamente agresivos y con impulsos “caníbales”.

4. Una dieta alta en azúcar y grasas malas (papas fritas, refrescos, galletas), provoca daños funcionales en la memoria espacial y, especialmente, en el hipocampo, la parte central interna del cerebro en la que se origina el aprendizaje y las funciones cognitivas, lo que reduce el rendimiento cerebral de los individuos.

5. La influencia del azúcar sobre las neuronas es semejante al de una droga. El consumo excesivo de azúcar no genera sobredosis, pero sí es cada vez más difícil contener y reprimir el deseo de su consumo. Es potencialmente más adictivo que una droga dura como la heroína o cocaína.
Para profundizar, los invitamos a ver atentamente este documental de DW Documental en español titulado Nuestro cerebro es lo que comemos.

¿Qué opinan, incide significativamente la alimentación en el cerebro y, por lo tanto, en el aprendizaje? Dejen sus comentarios.

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