La evaluación es un componente esencial del proceso de
enseñanza-aprendizaje, desempeñando un rol clave en la mejora continua de los
estudiantes y en la calidad de la educación. En su documento Evaluación yretroalimentación para los aprendizajes, Cinthya Castro Larroulet y Ana Moraga
Tononi analizan cómo la evaluación puede ser utilizada de manera formativa,
especialmente en entornos virtuales de aprendizaje. Las autoras enfatizan que
"la evaluación debe incorporarse de manera intencionada en los distintos
momentos del aprendizaje, convirtiéndose en una herramienta pedagógica
estratégica". Este documento es una guía fundamental para comprender la
importancia de una evaluación efectiva y su relación con la retroalimentación
en el contexto educativo actual.
“La evaluación en los ambientes virtuales de aprendizaje implica “renunciar al control”, es decir, el estudiante es quien asume el control de la evaluación en lugar del docente: se responsabiliza por su propio aprendizaje y evaluación, aprende a utilizar diferentes recursos para desarrollar la evaluación de manera autónoma, debe desarrollar habilidades de pensamiento de alto nivel de aplicación, análisis, síntesis, y evaluación para el desarrollo autónomo de la evaluación” (p. 6).
El documento explora varios aspectos críticos de la evaluación
educativa. En primer lugar, se presenta el concepto de evaluación como un
proceso sistemático para recoger y analizar información sobre el aprendizaje de
los estudiantes. Luego, se aborda la evaluación en entornos virtuales,
destacando la importancia de la evaluación continua y la interacción en foros
de discusión. Además, se establecen criterios para diseñar actividades
evaluativas alineadas con los objetivos de aprendizaje, se clasifican los tipos
de evaluación (diagnóstica, formativa y sumativa) y se resalta el papel
fundamental de la retroalimentación. Como se menciona en el texto, "la
evaluación perderá su carácter formativo si no se acompaña de una
retroalimentación efectiva hacia los estudiantes".
“Es muy difícil que un estudiante pueda adquirir una habilidad, de cualquier tipo (intelectual, física o social) si recibe como información de su desempeño solo un número, es decir, una calificación, pues la mayoría de las habilidades, para su desarrollo, “requieren una práctica evidenciada dentro de un ambiente propicio de apoyo que incorpore claros circuitos de retroalimentación y, para que ésta sea aún más efectiva, debe ser detallada, entendida y utilizada por el alumno” (Martínez, 2011, p.3), lo que cobra especial sentido en un ambiente virtual de aprendizaje…” (p. 15)
Para ilustrar la aplicación de estos principios, el documento
proporciona ejemplos de buenas prácticas en evaluación y retroalimentación. Por
ejemplo, en un entorno virtual, la retroalimentación efectiva se da en tres
momentos: "Feed-Up" (orientar sobre los objetivos del aprendizaje),
"Feed-Back" (evaluar el desempeño actual) y "Feed-Forward"
(dar sugerencias de mejora). Estas estrategias permiten que los estudiantes
asuman un rol activo en su propio aprendizaje y desarrollen habilidades de
autorregulación.
“La retroalimentación es una acción permanente, continua, ligada al proceso de evaluación y, en este contexto, es formativa, es alentadora, motivante, crea confianza, pues el estudiante va construyendo su aprendizaje a partir de sus propios conocimientos, ampliándolos y fortaleciéndolos con los aportes del docente y junto con esto, la retroalimentación proporciona una fuente de diálogo que favorece la comunicación entre docentes y estudiantes y enriquece el proceso formativo con la construcción colaborativa de nuevos saberes” (p. 19)
En conclusión, el documento destaca que la evaluación no es un
simple proceso de medición, sino una herramienta pedagógica que, combinada con
una retroalimentación adecuada, favorece el aprendizaje significativo. Como se
resalta en el texto, "la retroalimentación proporciona una fuente de
diálogo que favorece la comunicación entre docentes y estudiantes y enriquece
el proceso formativo". Para los docentes, esto implica un compromiso con
el diseño de estrategias evaluativas eficaces y la generación de entornos de
aprendizaje participativos. ¡Aprovecha estos principios en tu práctica docente
para potenciar el aprendizaje de tus estudiantes!
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