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Foto de Sharon McCutcheon en Pexels
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Como es sabido, hace ya varias décadas que el paradigma educativo dominado por la enseñanza centrada en el docente está evolucionando hacia una enseñanza centrada en el estudiante, su contexto, intereses y capacidades. Y en esa mutación paradigmática, han resurgido metodologías interesantes que los educadores del siglo XXI debemos conocer y aplicar si queremos responder a los crecientes desafíos de esta era.
Una de ellas es el Aprendizaje Basado en Retos (ABR), en la cual el docente involucra de forma deliberada al estudiante en la búsqueda activa y en la construcción de soluciones a una situación o problema real, regularmente de interés para el mismo estudiante. Y esta metodología puede ser aplicada en la mayoría de cursos, si no es que en todos.
Tal como se recogen en el Edutrends de 2016 Aprendizaje Basado en Retos (p. 6) esta metodología tiene su origen en la postura del Aprendizaje Vivencial en la cual se sostiene que los estudiantes aprenden mejor cuando participan de forma activa en experiencias abiertas de aprendizaje que cuando participan de manera pasiva en actividades estructuradas y bajo el control rutinario del docente.
...el Aprendizaje Vivencial ofrece oportunidades a los estudiantes de aplicar lo que aprenden en situaciones reales donde se enfrentan a problemas, descubren por ellos mismos, prueban soluciones e interactúan con otros estudiantes dentro de un determinado contexto (Moore, 2013). El Aprendizaje Vivencial es un enfoque holístico integrador del aprendizaje, que combina la experiencia, la cognición y el comportamiento (Akella, 2010)
Las experiencias de aprendizaje basadas en este enfoque mayormente dotan al sujeto de una visión más realista sobre la situación que afrontan. Supera considerablemente el impacto que el docente por sí mismo podría con sus acciones directas sobre la conducta, la cognición y las emociones de los estudiantes. Esto lo hemos comprobado en nuestra propia praxis cuando hemos conducido procesos formativos universitarios.
En varios momentos tuvimos la oportunidad de impartir cátedra a dos secciones numerosas. En una tuvimos 50 estudiantes y en la otra 42. Organizamos por grupos a cada sección y nos planteamos el desafío de arborizar una avenida de 750 metros de longitud que pasa justo frente a la propia universidad. Por tratarse de un problema ambiental de envergadura, lo asumimos como proyecto único del salón, así que ese semestre los estudiantes trabajamos por áreas: comunicaciones, logística y transporte, investigación forestal y recursos. Y se hizo por etapas: limpieza, medición, hoyaduras, acopio y siembra.
Todos los estudiantes, hasta los más callados y pasivos, se involucraron. Al principio había cierto desgano, pero conforme se avanzaba en la solución y se iban visualizando los logros, los jóvenes se mostraban más entusiastas; se abrían a la experiencia y se involucraban más. Se sentían dueños de los logros y cada vez querían hacer más cosas. Al final los estudiantes mostraron más habilidades para la planificación, un mayor sentido de realidad para las exigencias ciudadanas y habilidades para el liderazgo y el trabajo en equipo.
Es parte de lo que nos relata la profesora Marisol Álvarez-Tostado, quien también ha probado esta metodología. En su artículo Aprendizaje Basado en Retos, una respuesta para educar en Liderazgo Social la profesora nos cuenta su experiencia con esta metodología. Estos son algunos fragmentos que nos invitan a adentrarnos en este enfoque activo que tiene gran potencial pedagógico:
Los estudiantes son entes activos que habitan e interactúan con su realidad. Cada día es más común que se presenten en el aula con conocimiento previo al contenido de la clase. Por ello, elaborar retos de aprendizaje que incluyan el proceso de ideación, reflexión, propuesta e implementación que deriven hacia la ejecución de acciones específicas para la comunidad dentro de la duración de una materia, le da un giro sustancial al proceso de aprendizaje. El conocimiento aunado a la experiencia se convierte en la sangre que corre por las venas y que anima al pupilo a vivir su propia importancia como individuo capaz de dar y beneficiar a la sociedad.
Las universidades tienen el reto de formar seres humanos que se involucren como líderes con un alto grado de responsabilidad en su comunidad.
...Antes de la pandemia era necesario extender los saberes implicando al alumno en experiencias fuera de los límites físicos del aula, el reto que tenemos frente a nosotros nos exige, además, trascender el confinamiento doméstico con ayuda de los espacios virtuales, llevándonos a un nuevo nivel: dirigir los límites conceptuales y físicos-virtuales más allá del campus universitario y del aula virtual.
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No debemos presentar el reto definido como un supuesto genérico a partir del cual el alumno solo alcance la generación y presentación de proyectos. Por el contrario, buscamos dar a los estudiantes la oportunidad de, a través de la implementación de su propuesta, convertirse en un actor que impacte en el presente y de manera real a su entorno.
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...implementar el ABR permite vincular el proceso de aprendizaje del aula con la sociedad. Logra profundos beneficios que trascienden, del ejercicio teórico y el interés del alumno por la nota aprobatoria, al compromiso con su propio quehacer para impactar de forma beneficiosa a su comunidad y lo lleva hacia una reflexión sustancial sobre un mejor desarrollo social.
Es importante retomar ciertas consideraciones para mejorar el alcance de este proceso. Crear acciones que involucren a cada alumna y alumno en el tema de organización y generación de propuestas. Trabajar con la humildad y el bien común más allá de la perspectiva individual para contrarrestar un sentido de jerarquía normalizado que se originó ante los que colaboramos más e hicimos más frente a los que colaboraron menos e hicieron menos y sustituirlo por un trabajo colaborativo para buscar un bien social en donde la acción de cada uno sume en el alcance final.
Aunque el ABR encierra un gran potencial para favorecer el aprendizaje significativo de los estudiantes, debemos ser cuidadosos en su aplicación ya que podríamos encontrarnos situaciones en las que conviene más emplear otro enfoque. Por ejemplo, durante la pandemia debemos confeccionar activiades en las que se cuide la salud de cada estudiante y no exponerlos al riesgo de contagio. Igual en aquellos cursos de trabajo social en los que se precise hacer presencia en zonas con alto índice delincuencial donde, nuevamente, como docentes tenemos que garantizar la seguridad personal de nuestros muchachos. Por ello, animamos a nuestros colegas lectores a contactar a la profesora Marisol Álvarez-Tostado para conocer en profundidad su experiencia en la planificación, ejecución y evaluación de actividades basadas en ABR, y considerar algún tipo de trabajo colaborativo entre docentes de diferentes países. ¡Eso sería coherente y trascendente! Su correo es marisol.alvareztostado@tec.mx
También les invitamos a ver el webinar Aprendizaje basado en retos, la metdología del siglo XXI impartido por la propia Dra. Marisol Álvarez-Tostad en enero de este año:
Y para conocer más sobre el Aprendizaje Basado en Retos, los invitamos a leer el Edutrends de 2016, reporte publicada en el portal del Observatorio de Innovación Educativa del TEC de Monterrey. Allí se presenta con detalle y bien documentada esta metodología pedagógica. Recomendamos revisar particularmente la sección dedicada al aprendizaje basado en retos en el Tecnológico de Monterrey como institución de educación universitaria en la que este enfoque ha sido aplicado. Valga listar las experiencias docentes en las que podemos hallar puntos de partida para nuestra práctica; en cada una están los datos de contacto de los profesores que lideraron cada reto (pp. 22-26):
1. Rediseño de la red de distribución de helados Holanda en la república mexicana
2. Reto MOFILM de producción audiovisual para la campaña 2014-2015 de Seven Up International para ser utilizado en Gran Bretaña
3. Los retos abordan problemáticas de megatendencias como educación, productividad empresarial, esarrollo social y sustentabilidad
4. Taller de Lectoescritura del Laboratorio de Ética
5. Buscando al candidato idóneo
6. “City-Campus” (diagnóstico y propuesta de imagen urbana, movilidad, transporte, espacio público e integración urbana) y “Eco-Campus” (diagnóstico y propuesta de sustentabilidad, energía, agua y áreas verdes)
7. Desarrollo de productos físicos de ingeniería mecánica: por ejemplo una bomba de engranes y un destapador de frascos para personas de la tercera edad. Identificación de una necesidad y solución creativa por ejemplo: rediseño de alerones para autos dragster, diseño de juguetes basados en ciertas necesidades específicas
8. Robot limpia vidrios exteriores de un edificio. Robot limpia peceras, piscinas o estanques
9. Propuesta de solución que reduzca el impacto que las personas del Campus Cuernavaca tienen en el medio ambiente1er Desafío Latinoamericano de Innovadores: Haz realidad tus ideas en productos que puedan transformar al mundo
10. Identificar una situación educativa interesante con el fin de realizar una investigación y la publicación de los resultados en un congreso internacional y/o en un artículo de una revista de investigación académica
11. Crear una empresa de separado de basura para contribuir a un Monterrey más ecológico y promover la cultura del reciclaje
Finalmente, los invitamos a ver la grabación del webinar impartido por el profesor Francisco Ayala disponible en YouTube.
Otros webinar relacionados
- Aprendizaje basado en retos en tiempos de confinamiento webinar impartido por el Dr. Jorge Servin Jiménez
- BeChallenge: Aprendizaje Basado en Retos para revolucionar el aprendizaje y la formación
Excelente
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