Entre los efectos positivos de la pandemia por Covid-19 está el empujón que ha dado a la transformación acelerada de la educación, especialmente a la educación a distancia que llevaba décadas ralentizada. Por ello, nos encontramos en un proceso de transición inevitable de la educación remota a la educación híbrida en la que se combinan elementos y factores que para el año 2022 veremos desarrollados con más claridad.
En octubre de este año, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) publicó una interesante nota técnica en la que se aborda el panorama desafiante que se viene erigiendo como resultado de la dinámica de la educación en pandemia.
Como sostiene Jabonero en el prólogo de esta publicación:
"No enfrentamos un volver a empezar. Estamos ante un reto muy diferente. Ya no se trata de construir escuelas ni de contratar a millones de nuevos docentes, ahora la tarea es mucho más cualitativa y profundamente transformadora: debemos instalar a nuestros sistemas educativos en la nueva sociedad digital, tanto en lo referido a la imprescindible conectividad y dotación de tecnología, para todos y todas por igual con independencia de su procedencia social y que se encuentren escolarizados en escuelas públicas o privadas, y, junto a ello, es imprescindible contar con nuevas metodologías didácticas, contenidos digitales y audiovisuales, innovadores sistemas de gestión escolar y profesorado con nuevas competencias y, lo que es más importante, que demuestren un fuerte compromiso con esta nueva educación."
En este documento se abordan diez puntos interrelacionados que corresponde tomar en cuenta en los años por venir en la implementación de un modelo pertinente y efectivo de educación híbrida. Aunque es importante precisar que esto debe hacerse en base al contexto de cada país y partiendo de un diagnóstico realista tanto de sus fortalezas como de sus necesidades:
Los módulos mínimos que en opinión de los expertos deben ser cubiertos, son los siguientes:
1. Conectividad
Se requiere acceso prioritario y de calidad a Internet de banda ancha para conexión móvil y fija en toda la población, especialmente para los estratos bajos de la sociedad. Se debe garantizar conectividad de calidad y suficiente tanto para estudiantes como para docentes quienes tendrán una importante cantidad de conexiones en tiempo real o videoconferencias.
2. Infraestructura física y tecnológica
Es necesario que estudiantes y docentes dispongan del equipamiento necesario como tabletas, smartphones, latops o PC. En el caso de los estudiantes, es clave que los dispositivos sean adecuados para la edad o nivel de desarrollo sicogenético del sujeto. Esto deberá hacerse en base a una planificación fundamentada por un diagnóstico realista y contextualizado de la población.
3. Adaptación curricular
Aquí es fundamental que se haga más foco en las habilidades y competencias que en los contenidos en sí mismos. El contexto del siglo XXI exige que los sujetos desarrollen habilidades socioemocionales, de pensamiento crítico, creatividad, la comunicación y la resolución de problemas, con una dosis importante de manejo de herramientas y entornos digitales. Sin menospreciar el valor de contenidos actualizados, es fundamental que a los estudiantes se los prepare para el aprendizaje autónomo, autorregulado y autogestionado. Porque el aprendizaje debe partir del contexto, intereses y necesidades de los estudiantes.
4. Prácticas pedagógicas
Es fundamental que los docentes estén suficientemente capacitados en el uso de las herramientas tecnológicas y, muy especialmente, comprometidos en el desarrollo de las metodologías que favorezcan el aprendizaje de los estudiantes. Es decir, se requiere docentes que sean buenos en tecnología, pero mucho más que sean expertos en metodologías y que su trabajo esté centrado en el estudiante, sus intereses y necesidades reales, en las habilidades y competencias que necesitan desarrollar para desempeñarse con éxito en el siglo XXI. Docentes capaces e intencionalmente decididos a gestionar con pertinencia los espacios de aprendizaje presencial y los tiempos de aprendizaje diferido o remoto. "En el tiempo presencial se
debe tratar de maximizar las experiencias de interacción entre estudiantes y docentes, y favorecer
las instancias de trabajo en equipo, a la vez que se busca profundizar, reforzar y evacuar dudas de
nuevos contenidos y temáticas introducidas en el tiempo en casa. Por su parte, el tiempo remoto
resulta más eficiente para explorar e introducir nuevas temáticas y contenidos, con una mayor personalización y adaptación a los tiempos de cada estudiante, a la vez que es óptimo para el trabajo
sobre actividades realizadas y competencias adquiridas en el tiempo presencial." (p. 37)
5. Recursos humanos
Se requiere de la formación y participación consciente de personal no docente que cumple funciones de soporte o respaldo en el ámbito educativo. Esto implica alinear el trabajo de actores clave como directivos de instituciones, líderes de equipos, personal administrativo, coordinadores de área, directores de unidades, gestores de proyectos, reclutamiento de personal, entre otros.
6. Plataforma digital de contenidos
Se requiere de sistemas o programas informáticos funcionales, robustos y capaces de facilitar el almacenamiento y entrega de los contenidos, así como la interacción y comunicación entre los actores fundamentales como los estudiantes y sus docentes. Intervienen aquí las plataformas o LMS como Moodle, Canva, BlackBoard, Google Classroom, entre muchas otras disponibles actualmente. También los repositorios digitales en los que están contenidos diversos materiales que ayudan en el proceso de enseñanza y de aprendizaje y que mayormente son de acceso abierto para la libre descarga y uso. "Las plataformas digitales son un aliado clave para los modelos híbridos de educación, ya que facilitan
la distribución de contenido digital, promueven el desarrollo de habilidades, fortalecen el vínculo
entre estudiantes y docentes en las instancias de educación remota, y permiten el monitoreo de
los aprendizajes (Arias Ortiz, et al.2020)." (p. 42
7. Modalidades flexibles de incorporación y graduación
Es necesario que se tome muy en cuenta la situación de permanencia de unos estudiantes y el riesgo de exclusión o abandono escolar de otros al momento de construir modelos de educación híbrida. Es preciso construir modelos basados en datos sobre la trayectoria, rendimiento y contexto de cada estudiante soportados en tecnologías que detecten a estudiantes en riesgo de deserción o exclusión y así aplicar estrategias oportunas de protección y acompañamiento. También concebir modelos flexibles y adaptados a los contextos y necesidades de los estudiantes que favorezcan su continuidad escolar.
8. Certificación de habilidades
Se requiere que el modelo de educación híbrida contemple los mecanismos adecuados para medir el aprendizaje, así como certificar y respaldar las distintas habilidades que el mercado laboral del siglo XXI exige como valor (aprender a aprender, autorregulación adaptabilidad, empatía, liderazgo, motivación, resiliencia, pensamiento crítico, resolución de problemas, entre otras) para asegurar el desempeño exitoso de las generaciones que se incorporan al campo de trabajo.
9. Gestión educativa y financiamiento
La sostenibilidad económica del sistema híbrido es fundamental, pues se requiere de mantener un equilibrio entre el gasto que implica la adopción o adaptación de los entornos y los ingresos provenientes del financiamiento del Estado, el sector privado, la sociedad u organismos internacionales.
10. Ecosistema Ed-Tech
Para lograr sistemas híbridos robustos y efectivos, se requiere del trabajo articulado y estratégico de actores fundamentales como el Estado, la sociedad civil y el sector empresarial privado. De esta interacción deben surgir planes de acción que aborden aristas clave de la educación híbrida: acceso a conectividad de calidad, disponibilidad de equipamiento y dispositivos, capacitación docente, nuevas prácticas pedagógicas y la adaptación o actualización curricular.
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